Por: Karime Fajer.

Los antiguos dioses egipcios, griegos y romanos, los mitos mayas, nórdicos y celtas, aún existen, pero ahora tienen súper poderes, debilidades humanas e identidades secretas. Se han convertido en personajes de cómics, novelas gráficas, videojuegos y películas al alcance de todas las generaciones, creando una cultura pop que crece con rapidez cada día.

Superman, Batman, los Vengadores y la Liga de la Justicia, estos héroes con los que estamos tan familiarizados, hasta los más novedosos personajes como Doctor Who, Frodo Baggings, Korra, Harry Potter, Katniss Everdeen y más… Y la pregunta que surge es: ¿Quiénes son estos héroes para nosotros? ¿Cómo han evolucionado del folklore y el mito a través de culturas y religiones, y qué significado tiene su existencia con la mía? ¿Por qué no desaparecen, por qué hay héroes entre nosotros?

Las historias de superhéroes han sido escritas, dibujadas, dirigidas y actuadas por humanos (hasta donde sabemos…), y reflejan el conocimiento y las suposiciones sobre sí mismos, sobre los otros y sobre la naturaleza humana desde el mundo de sus creadores. Un superhéroe es un personaje de ficción cuyas características superan las del mortal promedio, generalmente con poderes sobrehumanos, aunque no necesariamente, y entroncados con la ciencia ficción. Generados a finales de la década de los 30 en la industria del comic book estadounidense, han gozado de multitud de adaptaciones a otros medios, especialmente el cine.

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Credit: Marvel Comics

 

Pero vámonos un poco al origen de todo esto. En la mitología y el folklore, un héroe es un ser nacido de la unión entre un dios y un ser humano (también llamado semidiós… A Zeus se le daba eso). Comúnmente el héroe posee habilidades o rasgos de personalidad idealizados que le permiten llevar a cabo hazañas extraordinarias y beneficiosas, actos heróicos por los que es reconocido.

Pero aquí es donde se pone interesante. El héroe es un personaje que por sus ideas, valores y acciones, fundadas en la solidaridad y en la justicia, resalta y es digno de respeto o veneración. Y casi siempre empieza igual: Un inicio casi siempre maravilloso y casi mágico, plagado de conflictos que se resuelven, y un evento final en donde el héroe se confronta con su contrario (de aquí empiezan a surgir los villanos) y finalmente muere  (pierda o gane) de manera gloriosa para servir de ejemplo al género humano.

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Antonio del Pollaiolo – Hercules and the Hydra

 

Después de este background, tiene más sentido todo el catálogo de historias fantásticas y personajes extraordinarios que han plagado la cultura pop en los últimos 50 años, y que pareciera que actualmente son no solamente pilar del entretenimiento, sino modelos a seguir e historias que nos cautivan y motivan a ser algo más. Y tiene todo el sentido del mundo que no solo los más pequeños crean en estos seres con súper poderes… Oh, no. Somos muchos los adultos que estamos atrapados por la magia de ellos.

Y cómo no: Los superhéroes tienen un trasfondo psicológico enorme, transmiten un significado homogenizado a sus seguidores acerca de la capacidad humana de convertirse en algo superior al promedio, otorgan la posibilidad de resignificar el propósito de vida de cada individuo y de motivar a llevar el sentir, el pensar y el actuar hacia un bien más allá del propio.

Es por esto que los héroes no se limitan a simplemente Flash, Spiderman o La Mujer Maravilla, sino que se encuentran en las historias de éxito de personas como ustedes y yo que van tras sus sueños, que se muestran resilientes ante la adversidad o simplemente que con acciones cotidianas hacen más llevadera la vida en su compañía: amigos, familia, deportistas, celebridades, maestros, desconocidos que sonríen en la calle.

Porque ser un héroe es entender la debilidad como una constante en la vida que puede ser entendida y aceptada para convertirse en una fortaleza y motivación, como un primer paso a la humildad. Es poseer compasión por mi entorno, tolerar y trabajar sobre sus diferencias y sobre las propias vulnerabilidades; es saber pedir ayuda y trabajar en equipo, haciendo sacrificios y cambios constantes. Ser un héroe es reconocerse como un ser único y con potencialidades extraordinarias que compartir y disfrutar; aceptar las consecuencias de mis actos y ser consciente de la delgada línea que puede potenciar a un ser humano en algo extraordinariamente bueno… o extraordinariamente malo, según la propia percepción y el entorno.

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Por eso lo héroes, y claro, los villanos (ya hablaremos de ellos…) no pueden dejar de existir y de fascinarnos con su existencia, dentro o fuera de la ficción. Los valores, dilemas morales, conflictos personales y a veces hasta trastornos mentales o enfermedades que son un hecho de nuestra cotidianeidad, se reflejan en un mundo de situaciones maravillosas e historias increíbles que nos permiten entender la naturaleza humana como es: Extraordinaria.

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