Por: Karime Fajer
No es posible hablar de un mundo de superhéroes y sus compañeros, sin mencionar a sus contrapartes: los villanos. Sobre todo ante una nueva tendencia que se hace más y más común: La admiración al villano. Y no solo eso, surge también otra rama interesante que nos hace incluso dudar sobre nuestras lealtades: el anti héroe.
Hasta la publicación de Watchmen, o Wolverine Origins en los 80, los cómics de superhéroes se caracterizaban por tener bien marcada la línea que separa el bien del mal, sin reparar en grises. Después de Watchmen, se empieza a considerar el humano que se encuentra bajo la máscara del malo de la historia, desarrollando la figura del anti-héroe.
Watchmen cover
A diferencia del villano, aquel que hace el mal por malas intenciones, el antihéroe es aquel personaje que no repara en medios para lograr su objetivo y, a diferencia del se caracteriza por tener su propia escala de valores y moral, lo que guía acciones que pueden considerarse como antiéticas y crueles. Desde el punto de vista psicológico, podríamos concluir al villano como un psicópata, y al antihéroe como sociópata.
Y sabiendo esto, y conociendo los dilemas éticos y morales a los que se enfrentan estas figuras, ¿por qué nos atraen tanto estos personajes? Algunos ejemplos claros, son el frenesí causado por el Joker en todas sus versiones, la pasión de los fanáticos de Walter White y Jesse Pinkman, o la emoción de los seguidores de Deadpool al enterarse de que película por estrenarse será clasificación C. (Sí, eso es bueno)
Más real: ¿Quién no ha visto a la pareja donde uno es cariñoso, detallista, amable y respetuoso, en búsqueda de una linda relación… con una pareja que es TODO lo contrario? Ese “no se qué, que qué se yo” que nos atrae del douchebag del grupo o de la chica intensa. (Me han contado…)
Desde la psicología, existen algunas teorías que nos guían en el entendimiento de por qué la maldad nos seduce. El psiquiatra Carl Jung establecía que necesitamos confrontar y entender nuestra propia naturaleza oscura y escondida para poder crecer como seres humanos. Hablaba de una confrontación saludable con nuestros deseos o miedos ocultos para desarrollar nuevas fortalezas… Algo así como Bruce Wayne creando al Caballero de la Noche a partir de su experiencia con murciélagos para luchar contra el crimen que le arrebató a sus padres.
Por otro lado, Sigmund Freud consideraba la naturaleza humana como intrínsecamente antisocial, biológicamente impulsada por principios del placer del Ello indisciplinado para conseguir lo que queremos cuando lo queremos – nacido para ser malo, pero retenido por la sociedad. Incluso si la psique desarrollara plenamente su Yo (fuente de autocontrol) y el Superyo (conciencia), los freudianos dicen el Ello todavía habita debajo, y que desea para muchas cosas egoístas – por lo que le encantaría ser un super villano.
BITCH!
Acompañamos a los villanos y antihéroes en sus búsquedas por la redención, la fama, la fortuna y el amor porque son metas que nosotros mismos nos encontramos persiguiendo. Y como nosotros, observamos el egoísmo que viene de la mano con la obtención de dichos objetivos y sueños; observamos a los otros cometer todo tipo de traiciones y fechorías propias de la naturaleza humana cruda, y a veces deseamos poder hacer lo mismo que ellos.
Admiramos a los villanos porque tienen fallas como nosotros, no son perfectos; son complejos como nuestra vida cotidiana, llena de inseguridades. Con los antihéroes no hay nada sencillo, nos gusta identificarnos con emociones y vivencias como las que nos rodean en el desamor o el fracaso, y esperamos que esos personajes a los que hemos invertido tiempo y atención logren sus objetivos a pesar del sufrimiento, como lo deseamos para nosotros. Un ama de casa siempre feliz y optimista no es realista, no podríamos relacionarnos con ella…
El villano es tan fuerte como el héroe, tan determinado y demandante de respeto, aun cuando no cuenta con las mismas bases morales para lograr sus objetivos. Si te has encontrado deseando que el criminal se salga con la suya, es normal. Tu Ello se manifiesta pero es mediado por tu consciencia y tu autocontrol
Los amamos porque es catártico amarlos. Nos hacen sentir seducidos por todo aquello que deseamos por dentro y que sabemos que no podemos hacer… Y no podemos sentirnos mal sobre nuestros errores y fallas cuando sabemos que otros los cometen. Además, un mejor villano implica un mejor superhéroe y la posibilidad de explorar alternativas nuevas y desafiantes a un problema.
Remember, remember, the 5th of November…
Finalmente, recuerda que la ficción superheróica comienza y termina con los héroes. Los villanos tienen un papel de invitados y complemento a las historias de sus némesis, primero y ante todo, para revelar la posibilidad de grandeza de todo ser humano, a través de la lucha contra la adversidad.
