MTCC. KARIME FAJER
CEO Y FANGIRL FROM HELL.
Por fin se nos hizo el esperado estreno de la película del antihéroe más irreverente de todos: Deadpool. Si no has visto la película, es aquí donde te recomiendo que dejes de leer, porque vienen algunos spoilers y malas palabras… O sea, es que es Deadpool.
Marvel
Wade Wilson, un mercenario y ex miembro de la milicia se enfrenta a una de las pruebas más difíciles de la vida del ser humano. NO, no es una misión para salvar al mundo: Wade Wilson se enamora perdidamente de una prostituta. Sí. Así. Y desde ahí ya sabes que la historia no es convencional, sin embargo, el amor es el amor.
Tras un tórrido romance, y un matrimonio en puerta, viene lo que Wade describe como “el verdadero programa de la vida, el fin de los comerciales motivacionales”. Wade es diagnosticado con un agresivo cáncer imposible de tratar. Su vida ha cambiado.
Analicemos por aquí. Un trauma es cualquier impresión emocional muy intensa, causado por algún hecho negativo que produce en una persona una “huella” duradera que no puede o tarda en superar. Y para trabajar sobre ello, es necesario un paquete enorme de cosas que incluye redes de apoyo, sobrellevar un duelo, aceptación del hecho, y sobre todo, una excelente actitud. Y eso es lo más difícil.
Todos hemos escuchado sobre casos de enfermedades terminales que logran ser vencidas en contra de todo pronóstico, y mucho se le atribuye a la parte psicológica y apoyo de seres queridos, pues hay enfermedades que empeoran de manera somática (por tu mente). En el caso de Wade, es justamente su actitud intrépida y positiva lo que le hace tomar la decisión de aceptar una cura. Eso, y el amor por Vanessa, quien es su pilar a través de toda la película.
Marvel
Deadpool nace de un experimento donde se le sometía torturas intensas. ¡¿Por qué no se moría?! Porque… no quería. La resiliencia es maravillosa, es la capacidad del ser humano para no rendirse y solucionar ante el conflicto. Y algo muy relacionado a ello es el humor.
El sentido del humor hace uso de la comicidad para derivar en una forma de entretenimiento y de comunicación humana, que tiene la intención de hacer que la gente no se sienta infeliz y ría, de lidiar con situaciones que suenan muy fuertes para uno, o que buscan ser expresadas de manera menos intensa. Y se alía con el sarcasmo. Combina la resiliencia, el humor y el sarcasmo, con un poco (BASTANTE) de violencia que permite un desahogo ante el conflicto y obtienes al Merc with a mouth.
El éxito de la película no solo se basa en estos elementos, y en su maravillosa mercadotecnia. Es también un respiro de las películas que vemos siempre: historias de amor, superhéroes extraordinarios, el mundo que se salva de la destrucción… blah blah, CURSI. Es por esto que hasta la fecha de estreno fue perfecta, casi San Valentín. Y no sabemos muy bien por qué, pero la cantidad de grinches en esta fecha sube año con año… No sabemos si es porque los millenial ya no lo ven como algo simbólico, sino económico, o si es porque hay menos amor en el aire, pero la realidad es que este toque de violencia e irreverencia nos cayó muy bien como contraste a la miel derramada en estas fechas. 
Deadpool vino a revolucionar el concepto de antihéroe, si has leído el cómic coincidirás que es una de las mejores adaptaciones que se han hecho a pantalla grande, rompiendo con la 4th wall y no decepcionando con los métodos cero ortodoxos del mercenario. Vemos contenido sexual, referencias sarcásticas al universo de Marvel y por supuesto críticas fuertes al ambiente Hollywoodense clásico y a crisis sociales actuales.
Deadpool no decepcionó, no nos queda más que aplaudir al testículo con dientes esperar la secuela.
